martes, 28 de mayo de 2013

 ¿Imaginas poder imprimir tus propias joyas en casa u objetos de decoración? La impresión 3D ya es una realidad para el consumo doméstico

La impresión 3D se ha convertido en una de las tecnologías que más está dando de qué hablar, en los últimos meses, y que más futuro tiene por delante. No en vano nos ofrece la posibilidad de imprimir objetos físicos de forma fácil y relativamente cómoda, gracias a la superposición de capas de distintos materiales o, en otros casos, sustrayendo material. Los métodos utilizados para imprimir son varios como la inyección o la fotopolimerización y dependen del tipo de impresora y de los resultados que queramos obtener. De esta manera podemos fabricar cualquier tipo de objeto del que podamos hacer una recreación 3D con programas informáticos o mediante escaneado 3D.

Un material para cada necesidad


La impresión 3D no es algo nuevo, de hecho ya lleva unos años utilizándose en el mundo industrial. Y es que las ventajas de la impresión 3D son muchas y muy variadas ya que se puede fabricar prácticamente cualquier cosa. Cualquier material que sea maleable, es decir que tenga la capacidad de poder tomar una forma sin romperse, es susceptible de ser usado en estas peculiares impresoras. En el mundo industrial se usan metales de distinto tipo, incluidos el oro y la plata, materiales cerámicos o plásticos, entre otros.

Con estos materiales se pueden crear desde repuestos para el motor de un coche hasta una pieza dental con materiales biocompatibles, pasando por joyas y ropa de todo tipo como el modelo que pudimos ver en Dita Von Teese o maquetas para arquitectura.

Para un uso doméstico el material más utilizado es el ABS, un tipo de plástico bastante barato o APL una versión similar algo más ecológica. Ambos permiten crear objetos tridimensionales con una alto nivel de detalle y muy económica. Con estos materiales el coste de producción de una figura de unos 5 cm. es de aproximadamente 0,30€.


Ventajas e inconvenientes


Aunque en principio puede parecer raro imprimir cosas, las ventajas que puede llegar a ofrecer esta tecnología son muy variadas, aunque un uso realmente práctico haya que descubrirlo cada usuario. No hará falta desplazarse para comprar ni encargar determinadas piezas de repuesto u objetos. Al deslocalizar la fabricación se ahorrará en costes de transporte y almacenaje, además de la reducción de intermediario. Tampoco debemos olvidar la notable mejora del factor ecológico, menos humos en la fabricación y la distribución.

Sin embargo también existen pegas. La más evidente es que aún no se puede imprimir en 3D cualquier tipo de pieza, sobre todo las más complejas. La segunda es la gestión de los derechos de autor del objeto, un problema similar al que ocurre con la música.

Quiero un modelo ¿de dónde lo saco?


Lo más complicado a la hora de realizar una figura 3D es el conocimiento de programas específicos de diseño, pero dado que el uso quiere extenderse a todos los ámbitos, hay programas más sencillos para usuarios inexpertos. La siguiente opción son las librerías de objetos 3D, sitios web donde se comercia con diseños creados por terceros como Shapeways. Otra ayuda para esta tarea es el uso de un escáner 3D que permitiría escanear un objeto real y generar una imagen 3D para luego imprimirla en la impresora.


El futuro a la vuelta de la esquina


Para muchas personas este tipo de impresión tridimensional puede parecerle demasiado lejana o un sinsentido, pero lo cierto es que ya existen tiendas como la cadena de material de oficina Staples, que ofrece el servicio de impresión de objetos a sus clientes por unos pocos dólares, y cada vez será más habitual. No es descabellado pensar que será un servicio tan cotidiano como las fotocopias e incluso mucha gente tendrá impresoras 3D en casa para sus propios proyectos.


Modelos de impresora







Articulo de Carolina Denia para C&S Carrie&Serena
http://www.carrieserena.com

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscríbete a RSS Síguenos en Twitter!